No todos los cuentos acaban bien. Sino, que se lo digan a tu piel. Pero aquí tienes un exfoliante que ha llegado para escribir el último capítulo.
Como si fuese la planta del amor de Julieta: un bien muy preciado. Esto te lo decimos porque los exfoliantes dan mucho de sí, y no necesitas grandes cantidades para lograr un buen resultado.
Sencillamente, aplícalo sobre la piel limpia y húmeda dando un masaje con las yemas de los dedos (no será como el de las mariquitas, pero seguro que sabrás hacerlo muy bien). Procura mantener ese movimiento circular sobre la piel mientras tengas el producto en ella, ya que su efectividad es especialmente alta al hacer contacto con ella.
Mantén ese merecido masaje durante 10 minutos y después acláralo bien con agua tibia.
Truco de la casa:
Procura hacer este ritual por la noche. Es el mejor momento para ello, puesto que ya no volverás a salir de casa y no volverás a exponer tu piel a la polución del mundo real. En una realidad mágica, esta se mantendría perfecta de forma casi natural (que nadie dice que no sea posible, cuidado), pero te aseguramos que si completas bien tus rituales y te acuestas después de usar el exfoliante -¡y aplicar tu crema hidratante!-, tu piel estará como salida de un cuento a la mañana siguiente.
Ingredientes:
Aqua, Rosa Damascena Flower Water, Carica Papaya (Papaya) Fruit Extract, Prunus Armeniaca (Apricot) Seed Powder, Cocamidopropyl Betaine, Vegetable Glycerin, Betaine, Acrylates/C10-30 Alkyl Acrylate Crosspolymer, Benzyl Alcohol, Benzoic Acid, Dehydroacetic Acid, Xylitylglucoside, Anhydroxylitol, Xylitol, Panthenol, Allantoin, Perfum